La bailarina rusa
Blanca Angélica Guzmán Díaz
El la observaba, indeciso en acercarse ¿si se
equivocaba, si hacia el ridículo? Pero ella era idéntica, valdría la pena equivocarse,
pero ¿no seria mejor quedarse con la duda? La duda carcome el alma dicen por ahí,
todo culpa de la curiosidad y la curiosidad fue la que mato al gato… pobre
gato.
El joven se decide, se acerca, para en seco frente a
ella y se le seca la boca “Demonios” piensa el; ella lo observa
con ojos grandes y cafés como de búho que le penetraron el alma, su cabello
chino le hace recordar a un león y su cuerpo delgado y atlético le recuerda a
un chita.
— D… dis… disculpe — tartamudeo el joven
nervioso
— Sí diga, ¿En
qué puedo ayudarle? —le pregunto la joven con una sonrisa obligada
— ¿Es usted
rusa? —le pregunto el de improvisto
— ¿Yo? —
pregunto ella admirada
— Sí, es
rusa ¿Cierto?
— No, para
nada — dijo ella con una sonrisa genuina
— No me
mienta ¡Es rusa! — le acuso el hombre molesto
— No, es en
serio, soy mexicana — dijo ella un poco admirada del tono del hombre
— Pero… es idéntica
— dijo el más para si que para la chica
— Disculpe pero…
¿A quién soy idéntica? — pregunto la chica
— A mi
bailarina rusa — dijo el con un tono de devoción — fíjese, yo soy colombiano y en
una de mis salidas la conocí
— ¿A la
bailarina rusa? — pregunto ella
— Sí, es
hermosa, no digo que usted no lo sea — sonrío apenado —pues si ya le he dicho
que es bastante guapa con solo confundirla a usted con ella — la joven se
sonrojo ante el cumplido y miro a los lados en busca de zafarse de la situación.
— ¿Qué paso
con ella? —pregunto la joven dejando en
el olvido el tema respecto a lo
agradable o desagradable de su apariencia
— Se fue —
contesto el joven entristecido, esto hizo sentir culpable a la joven
— Lamento no
haber sido ella — respondió y deseo implicar con sus palabras estas otras “lamento habérsela recordado”, el joven sonrío
— No se
preocupe, no es su culpa después de todo
— Pronto la
encontrara — el realizo una media sonrisa sin genuina alegría y se despidió
— Eso
espero, lamento haberla distraído — y se fue, pensando en su bailarina rusa,
encerrada como bailarina en alhajero en los recuerdos del hombre, las piernas,
los brazos, su pecho, la perfección que emanaba; ella miro al hombre irse, con
su andar cabizbajo y desenamorado, pero la joven se admiro al mirar en un reflejo
a una chica acompañándole, idéntica a ella, la única diferencia, su caminar de
puntas; en ese momento la joven lo comprendió, era el reflejo de los recuerdos
de aquel hombre, pero se admiro aun más de mirar en un reflejo cercano a su
guitarrista francés que aquel hombre se lo había recordado; perro ella lo
sabia, el ya no estaba, al igual que la bailarina rusa.
'' El Nuevo dodecalogo de un cuentista'' de Andres Neuman señala, primeramente, que si un cuento no logra despertar emoción en el lector, no cuenta; al inicio de tu creación utilizas el recurso de la duda en el tono de tu narrativa, y, como este se logra percibir fácilmente como una tercera persona o un narrador externo, lo conviertes en un ser que de cierta manera no influye en el relato, pero que logra causar expectación como si deseara participar en la trama por su cuestionamiento, dicha expectación se va apagando conforme avanza el texto, debido a que la atmósfera que pretendías construir se especifico solo en diálogos; me atrevo a decir que menos de la cuarta parte del cuento es narración. Neuman determina como trivial a ese estilo basado en los diálogos, debido a que carece de figuras literarias, no existe ritmo poético, carece de especificaciones en el tiempo y el espacio; la manera en que hilvanaste tus ideas pudieron sostenerse en otra estructura, obligadamente cuando un cuento es breve debe de haber un esquema mas amplio de la situación física y psicológica, menos dialogo, y no solo de lo literal puesto que tu argumento fue fácil de entender y el titulo de tu cuento aspiraba a una mayor proyección. Por otra parte, pudiste enriquecerlo agregando mas adjetivos, utilizando sinónimos; Neuman nombra a las descripciones como atajos y no como desvíos, perdiste mucho en los primeros nueve diálogos. Hay muchos errores de redacción y ortografía, su mayoría en la acentuación. El desenlace pudo culminar de diferente manera, debido a que se evidencia como un final comprometido.
ResponderEliminarEn general, la esencia que ronda en tus personajes puede coincidir con nuestra realidad de idealizar a un ser amado o simplemente inundar de nostalgia nuestras vidas, a tal grado de quererlas ver en otras personas que también valen la pena conocer.
Necesito que aclares un par de puntos que no entendí en tu comentario:
EliminarDices: "primeramente, que si un cuento no logra despertar emoción en el lector, no cuenta; al inicio de tu creación utilizas el recurso de la duda en el tono de tu narrativa, y, como este se logra percibir fácilmente como una tercera persona o un narrador externo, lo conviertes en un ser que de cierta manera no influye en el relato, pero que logra causar expectación como si deseara participar en la trama por su cuestionamiento" (...)
Pregunto: ¿La duda se percibe como una tercera persona o narrador externo, es decir, el narrador es la duda?, ¿en esos nueve diálogos no refuerza esa intriga tanto el el personaje tímido como en el lector? Porque, desde mi punto de vista, que la joven no se haya ofendido sino interesado implica que era bailarina: el interés, sea ficticio o tomado de la realidad, nos hace imaginar que hay cierta historia anterior, como que a ella le gustaría que alguien la buscara así... y se me ocurre pensar en el dodecálogo de Neuman: "Los personajes aparecen en el cuento como por casualidad, pasan de largo y siguen viviendo". Que el joven busque específicamente a la bailarina rusa y que sea tímido implica otras cosas narratológicamente importantes.
"Nada más trivial, narrativamente hablando, que un diálogo demasiado trascendente". dice Neuman, hay que notar que le llama trivial al diálogo trascendente. Ahora, si quitamos el diálogo a la narración, que hasta donde yo entendí, la intención es contar el encuentro informal entre dos jóvenes desconocidos, a menos que haya pasado algo más que esa conversación...
Por cierto, sabemos que el cuento dura una conversación, y que seguramente ambos se encuentren en un centro nocturno relacionado con bailarinas y músicos. Me hace pensar en un bar.
No considero que la joven mexicana tenga que soñar con un guitarrista francés al final de cuento.
Qué te parece si no hablamos ni de tus tildes ni de las mías, Guillermo.
Por último, sí se nota que no trabajó el cuento antes de publicarlo. Por ejemplo, en el último párrafo no debió dejarlo al nivel del diálogo, sino dejar el punto y aparte, y en este punto editarlo. Pero todo. Por ejemplo:en lugar de:
"El joven se decide, se acerca, para en seco frente a ella y se le seca la boca “Demonios” piensa el; ella lo observa con ojos grandes y cafés como de búho que le penetraron el alma, su cabello chino le hace recordar a un león y su cuerpo delgado y atlético le recuerda a un chita".
Yo pondría:
El joven se decide acercar. Se para en seco frente a ella. Se le seca la boca. "¡Demonios! Ella lo observa con ojos cafés y grandes como búho que le penetran el alma (en realidad, no pondría que le penetran el alma, de hecho, cambiaría la frase a algo como "ella lo observa sorprendida" o "ella trata de no chocar con el joven que le corta el paso"). Y sobre todo, no la compararía con un animal, pues hace pensar que es medio zoofilo (nota, no confundir con bestialismo).
Evidentemente no es un cuento para niños, por ello no es tan necesario especificar en cada linea qué hace y quién dice, por ejemplo, en lugar de " —¿Es usted rusa? —le pregunto el de improvisto" podría ser: " —¿Es usted rusa?" Obviamente no le pregunta la mexicana al joven. Además, creo que con saber quién inicia la conversación, un lector puede identificar cuál diálogo pertenece a qué personaje, pero también lleva su trabajo.
Buenos días. No, el narrador no es la duda pero al hacer ese cuestionamiento evidencia un poco que no conoce totalmente las emociones de los personajes y esto implica reconocerlo como un narrador no omnisciente (aunque en algunas partes lo sea), tiende a confundir al lector al no saber si el narrador participa en el cuento. Quizá me equivoque. Ademas, ella pudo iniciar así ''La duda carcome el alma, dicen por ahí, todo culpa de la curiosidad y la curiosidad fue la que mato al gato… pobre gato.'' De cierta manera es de lo que mas emociona el texto, porque se comienza a imaginar un escenario de incertidumbre pero este se va deteriorando por el exceso de diálogos y poca descripción de la atmósfera física, de la psicológica es fácil concebirla por la conversación; también, es fácil adivinar que era un lugar como el que señalas. Esto lo digo porque Neuman sentenciaba a un texto como invalido si no lograba despertar emoción en el lector, y al inicio lo logra pero al final no tiene la intensidad esperada, se desvía totalmente; eso me lleva a coincidir contigo en: ''No considero que la joven mexicana tenga que soñar con un guitarrista francés al final de cuento.''
ResponderEliminarPor otra parte, si logra transmitir intriga, solo que pudo brindar una descripción mas rica en lenguaje, en figuras, en imágenes sensoriales y no solo en el dialogo de una simple conversación. Pudo apoyarse en el uso de manifestaciones poéticas, dándole una evolución al ritmo y tono de su narrativa, para que la intriga siguiera ahí. El uso de los tiempos verbales esta mal empleado, coincido contigo, otra vez, en que no proporciono mucho esfuerzo al momento de pulir su relato . Porque, si esta bien, es su estilo, logra despertar interés y se respeta; solo que no hay que depender ni abusar de ello.
Muy bien. Nada más que el punto que me interesa que quede bien claro es que los adjetivos no crean el lenguaje poético, ni el ritmo solamente se da en la poesía. Cuando lleguen a Fonética y Fonología (materia obligatoria) necesitarán aprender a escuchar la musicalidad de las palabras en el habla cotidiana. Otra cosa es, por ejemplo, como Borges, que crea cuentos con la estructura de ensayos académicos, nada poéticos, por ejemplo, "Examen de la obra de Herbert Quain"... ¡Herbert Quain no existe más que en el cuento de Borges!
EliminarAdemás, Neuman dice: detalla, adjetíva. No dice haz un cuento que parezca poesía.
En cuestiones del narrador, nos vamos a meter un poco en teoría de la narrativa. Hay una palabreja que se llama Focalización. Eso que detectas son cambios de focalización: el narrador cede la palabra a los personajes para que ellos narren su conversación. No participa, es omniciente porque sabe lo que ambos piensan, conoce todos los detalles pero no los rebela. En este cuento hay dos: cuando el narrador les cede la palabra a los personajes y cuando la toma de nuevo. El diálogo pone al lector en el momento de lo narrado y para muchos crea ese gusto o placer por saber las conversaciones y vidas ajenas. En cierto modo por ello leemos, Leon Tolstoi lo dice de una manera muy interesante: en su novela "Ana Karenina" en los pensamientos de la misma Ana:
"Ana Karenina leía y se enteraba de lo que leía pero la lectura, es decir, el hecho de interesarse en la vida de los demás, le era intolerable, tenía tantos deseos de vivir por ella misma".
Su estilo parece ser un tanto costumbrista. si se tratara de la clase Seminario de Creación:Narrativa, hablaríamos de la pertinencia de los recursos que utiliza, e incluso el argumento que estaría en juego es el manejo de los signos de puntuación, y me parece un acierto tuyo que hayas localizado esa oración. Yo la hubiera escrito así:
"La duda carcome el alma, dicen por ahí. Todo por culpa de la curiosidad. La misma que mató al gato... ¡Pobre gato!''
Pero ello ya es cuestión de estilo.
Pero sí es clase de análisis y por ello mi insistencia en una perspectiva más abierta a todo tipo de posibilidades en el lenguaje, que hay muchas.