La
suave brisa terminó por arrancarme la última hoja. Nada es lo mismo de un año
para acá. Lechuza me cuenta que últimamente vienen menos personas (me encuentro
un poco alejado para enterarme por mi mismo) puede que el lugar no sea muy
grande pero, ¡vamos se trata de mi hogar! Aquí nací. Recuerdo cuando el dulce
roció regaba mis primeras ramitas, el bosque era más grande, se podía distinguir aún a lo lejos la majestuosidad de los alisos.
Las bromas de mi mejor amigo Abedul hacían que todo se llenara de vida. Antes la
multitud de ciervos descansaban seguros bajo nuestro cobijo, y cómo olvidar a las traviesas ardillas, ¡esas sí que ponían
a uno de lo más contento! En las tardes respirábamos el silencio, un silencio
musical, dulce. Ahora el lugar es diferente, aquellos crueles hombres fueron
despojándonos a mí y a mis amigos de nuestro tesoro; un día mataron a la
familia de los cipreses, otro, a los robles, y cuando le toco el turno a mi
familia: los arces, fue muy triste (me salvé porque me encontraba fuera de sus
alcances). Así el bosque empezó a morir. Y seguían matándolos a pesar de que
ellos se defendían. ¡Iluso de mí, al pensar que mi corteza me protegería! ¡Lástima
que no tenemos alas como Lechuza o el desplazamiento del ciervo para huir! La
misma raíz que nos da la vida es el lazo que la arrebata. Aquel día le dije
adiós a mi hogar y desee morir cuando empezaron a cortar mi tronco, me llevaron
junto con otros, luego de un largo viaje me dejaron en un lugar no muy grande.
Un amable viejecito empezó a dividirme en secciones, dijo que haría de mí su magnum opus. Al final, no quería separarme de él, le tomé cariño pero me cambió
por algo llamado dinero. No lo culpo, su
familia subsistía de la venta de muchos como yo. Hoy me encuentro con mi nuevo
amo, un joven de ojos soñadores, estoy en un lugar muy espacioso, hombres y mujeres están sentados, esperando… Mi amo se
ha vestido de gala. Al entrar en algo que llaman escenario el silencio lo
acompaña, todos tienen sus miradas puestas en él. Antes de empezar a utilizar
el arco me susurra -¡hoy es el día mi
buen violín!
Visitas de la semana
16 abril 2013
14 abril 2013
Probemos esta pistola.
El sonido de la campana al entrar hace notar la presencia de
un nuevo cliente, este llega y se
para justo enfrente del mostrador, finge
no escuchar la discusión que al fondo de la tienda está sucediendo entre el
gerente y el vendedor.
-Es que la ventas no pueden estar tan malas, justo antes de
que tu entraras a trabajar aquí estábamos en nuestra cúspide, fuimos nombrados cómo
una de las tiendas más seguras del área y de repente llegas y simplemente todo
se viene abajo…
-Pero señor yo no…
-Cállate,
el punto es que si no vendes algo hoy, a la chingada de aquí – el gerente le
grita al pobre empleado como si fuese el
culpable de todo evento sucedido en la tienda -
Bueno me tengo que ir, en la noche regresare para verificar si vendiste
algo. Bueno ve y atiende al cliente que acaba de llegar- lo toma de los
cachetes como si fuese un niño mimado y los aprieta frívolamente- Anda, ve y
atiende al señor que ya es como la
quinta vez que toca el timbre del mostrador.
-Está bien señor- El
empleado sale del cuarto y camina por un pasillo que por un lado tiene un gran
vidrio que es un espejo de doble vista, mira todas las armas que hay en venta.
Sale al área
principal de la tienda y mira a un hombre de unos 20 años, alto, blanco, con un
smoking de esos que parece que usarías el
día de tu boda.
-Buenas tardes- dice el cliente de la forma
más cortes posible.
-Disculpa el retraso – dice como si lo hubiese aturdido
alguna bala- pero en que puedo ayudarte, ¿Buscabas algún arma en especial?
-Sí pero estoy un
poco indeciso respecto a lo que quiero-
- Bueno dígame para que quiere el arma- lo dicen sin
levantar ningún tipo de especulación.
-Siento que me están siguiendo y quiero estar seguro, estoy entre estas 3
armas.
-Al menos ¿Tiene el
permiso necesario para poder sacar un arma?
- Por su puesto – lo saca y se lo muestra – pero estoy entre
estas 3 armas- las apunta, una es un revolver
con un mango de madera, la otra parece ser un arma muy pequeña y una totalmente
negra.
-Pues mire esta arma que si la probamos vera que funciona-
la saca la prueba y le pone una bala y la introduce a su boca mientras el cliente lo mira horrorizado- ve que bien se
mira en mi boca esto – lo dice atragantado y ¡BANG! Toda la habitación está
llena de sesos humanos.
-Bueno ya tengo un pretexto para no ir a la boda.
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