Visitas de la semana

16 abril 2013

Las cuatro estaciones



La suave brisa terminó por arrancarme la última hoja. Nada es lo mismo de un año para acá. Lechuza me cuenta que últimamente vienen menos personas (me encuentro un poco alejado para enterarme por mi mismo) puede que el lugar no sea muy grande pero, ¡vamos se trata de mi hogar! Aquí nací. Recuerdo cuando el dulce roció regaba mis primeras ramitas, el bosque era más grande,  se podía distinguir  aún a lo lejos la majestuosidad de los alisos. Las bromas de mi mejor amigo Abedul hacían que todo se llenara de vida. Antes la multitud de ciervos descansaban seguros bajo nuestro cobijo, y cómo olvidar  a las traviesas ardillas, ¡esas sí que ponían a uno de lo más contento! En las tardes respirábamos el silencio, un silencio musical, dulce. Ahora el lugar es diferente, aquellos crueles hombres fueron despojándonos a mí y a mis amigos de nuestro tesoro; un día mataron a la familia de los cipreses, otro, a los robles, y cuando le toco el turno a mi familia: los arces, fue muy triste (me salvé porque me encontraba fuera de sus alcances). Así el bosque empezó a morir. Y seguían matándolos a pesar de que ellos se defendían. ¡Iluso de mí, al pensar que mi corteza me protegería! ¡Lástima que no tenemos alas como Lechuza o el desplazamiento del ciervo para huir! La misma raíz que nos da la vida es el lazo que la arrebata. Aquel día le dije adiós a mi hogar y desee morir cuando empezaron a cortar mi tronco, me llevaron junto con otros, luego de un largo viaje me dejaron en un lugar no muy grande. Un amable viejecito empezó a dividirme en secciones, dijo que haría de mí su magnum opus. Al final, no quería separarme de él, le tomé cariño pero me cambió por  algo llamado dinero. No lo culpo, su familia subsistía de la venta de muchos como yo. Hoy me encuentro con mi nuevo amo, un joven de ojos soñadores, estoy en un lugar muy espacioso,  hombres y  mujeres están sentados, esperando… Mi amo se ha vestido de gala. Al entrar en algo que llaman escenario el silencio lo acompaña, todos tienen sus miradas puestas en él. Antes de empezar a utilizar el arco me susurra  -¡hoy es el día mi buen violín!

14 abril 2013

Probemos esta pistola.


El sonido de la campana al entrar hace notar la presencia de un nuevo cliente,  este llega y se para  justo enfrente del mostrador, finge no escuchar la discusión que al fondo de la tienda está sucediendo entre el gerente y el vendedor.
-Es que la ventas no pueden estar tan malas, justo antes de que tu entraras a trabajar aquí estábamos en nuestra cúspide, fuimos nombrados cómo una de las tiendas más seguras del área y de repente llegas y simplemente todo se viene abajo…
-Pero señor yo no…
-Cállate, el punto es que si no vendes algo hoy, a la chingada de aquí – el gerente le grita al pobre empleado como si  fuese el culpable de todo evento sucedido en la tienda -  Bueno me tengo que ir, en la noche regresare para verificar si vendiste algo. Bueno ve y atiende al cliente que acaba de llegar- lo toma de los cachetes como si fuese un niño mimado y los aprieta frívolamente- Anda, ve y atiende al  señor que ya es como la quinta vez que toca el timbre del mostrador.
-Está bien señor-  El empleado sale del cuarto y camina por un pasillo que por un lado tiene un gran vidrio que es un espejo de doble vista, mira todas las armas que hay en venta.  
 Sale al área principal de la tienda y mira a un hombre de unos 20 años, alto, blanco, con un smoking  de esos que parece que usarías el día de tu boda.
-Buenas tardes- dice el cliente  de la forma  más cortes  posible.
-Disculpa el retraso – dice como si lo hubiese aturdido alguna bala- pero en que puedo ayudarte, ¿Buscabas algún arma en especial?
-Sí  pero estoy un poco indeciso respecto a lo que quiero-
- Bueno dígame para que quiere el arma- lo dicen sin levantar ningún tipo de especulación.
-Siento que me están siguiendo  y quiero estar seguro, estoy entre estas 3 armas.
-Al menos  ¿Tiene el permiso necesario para poder sacar un arma?
- Por su puesto – lo saca y se lo muestra – pero estoy entre estas 3 armas- las apunta, una es un revolver  con un mango de madera, la otra parece ser un arma muy pequeña y una totalmente  negra.
-Pues mire esta arma que si la probamos vera que funciona- la saca la prueba y le pone una bala y la introduce a su boca mientras el  cliente lo mira horrorizado- ve que bien se mira en mi boca esto – lo dice atragantado y ¡BANG! Toda la habitación está llena de sesos humanos.
-Bueno ya tengo un pretexto para no ir a la boda.