Visitas de la semana

10 abril 2013

Producto en rebaja

Las gotas se filtraban en aquella columna que amenazaba  por derrumbarse, mientras yo adornaba el cuello de Sara , llenándome de las distintas bacterias que  descomponían su cuerpo.
La lluvia recorría toda la zona y nadie parecía ser capaz de tomarme, como ella lo habría hecho cinco noches atrás. Recuerdo que  fue un lunes en la mañana, el dueño de la tienda, exhibía mis colores apagados en un estante de productos en rebaja. He de decir que le costó mucho venderme, dado a un grabado borroso que simbolizaba en el pueblo la muerte. Ella era muy escéptica y terminó por  comprar a este exótico objeto, que al parecer terminaría acompañándola por un largo tiempo. Al salir, acomodó bruscamente las cadenas que moldeaban mi oscura forma, en su tatuado cuello. El atardecer aturdía poco a poco los ojos, tanto que mantenerlos abiertos se hacía difícil y aquel potente ruido no dejaba escuchar la despedida del sol. De pronto, empezaba a brotar la sangre, esta chica había comenzado una pelea callejera, que probablemente perdería. Realmente el mareo se hacía intenso en cada movimiento que Sara daba, esto acabó a los 30 minutos con un fuerte golpe que rasgó profundo en ambos cuerpos  y los sonidos lejanos de la autoridad solo traerían desdicha y  obligada ayuda.
El hospital olía a desesperanza, la transfusión sanguínea se percibía  inútil, Sara perdía la fuerza. Dos días después reaccionó, pero la libertad  le costó,  el ser como una simple prostituta barata, ya que no tenía el suficiente dinero para pagar su fianza y yo no tenía un valor muy alto.
Volvió  a su caminata, se recargó sobre la sombra del viejo sauce, miró al abismo, lo observó llegar y sintió su arrastre. He ahí, la razón por la que estoy en este paraje, donde triste, se van oxidando mis partes e incluso las palabras construyó en rimas para no perder la cordura, hasta que encuentren a  esta perfumada alma y a su peculiar fan. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario