Recuerdo el
primer día de clases, cuando introdujeron a la materia de Narrativa y sí debo
ser sincera, deteste saber que solo eran cuentos y novelas. Añoraba poder estudiar su métrica, crear mejores
versos, agudizar las rimas, no digo que no aprecio estos, me entretienen, me
convierten en ese personaje que no habla, que solo observa, que quiere
participar pero no puede. Aprecio el amor como tema central de cualquier obra,
la manera en la que se expresas del individuo, de lo que amas, sus características,
manías, comportamiento, aquellos obstáculos que les impiden estar juntos y al
final de todo, amar es lo que nos llena la vida, por que se quiera o no, algún
día se va a sentir afecto por alguien y vas a recibir afecto. Tengo que agradecer
este curso porque me permitió acércame a autores que no conocía y que
complacieron mi lado romántico, por ejemplo, Trenzas de María Luisa Bombay, Nupcias de Antonio Skármeta y El lado oscuro del corazón de Girondo .
No puedo dejar
pasar las dos asombrosas y magníficas novelas que leí, la primera de Vargas
Llosa, Los cachorros, con la cual me divertí como niña y adolecente y el Beso
de la Mujer Araña de Manuel Puig, que encontré fascinante, impecable,
excelente, psicológica, reflexiva y aquellas dos novelas que no me gustaron,
Estrella Distante de Roberto Bolaño y Acerca de Roderer por los dolores de
cabeza que proporcionaron.
Creo que he
crecido a lo largo del curso, mi primer cuento, Su amor seguía ahí , estuvo mal,
fue un acto desesperado de contar mi historia, desahogarme y de reconfortarme,
encontrarme que no me importo usar metáforas, escribir mal los tiempos, entre
otras cosas; está escrito en dos etapas de mi vida que las separa una semana
del acontecimiento, el primer párrafo, estaba en una depresión y sentía tanto
dolor, los siguiente párrafos fueron escritos una semana después en la que
gozaba de nuevo la vida y no pude regenerar la emociones que sentía antes del
final.
Mi segunda historia, Mi señorita fue mucho más sencilla,
curiosamente me encontraba en una situación muy parecida a la primera,
en esta ocasión, me tuve que criticar, verme de otro punto de vista, o mejor
dicho, aceptar la realidad de cómo me
veía y esto lo hizo muy fácil, jugué con el
texto a tal grado que deje el romanticismo fuera y me concentre en un
nuevo destinatario, yo.
No me puedo
comparar con ellos, son excelente escritores y a lado de ellos, el mío es
polvo, Posiblemente mi primer cuento sea
un fallido intento del estilo de María Luisa Bombay y el segundo trato de
encontrarme, como en El otro yo, de Jorge Luis Borges y que el estilo de Nupcias de
Skármeta sean parecidos.
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