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27 mayo 2013

Comparaciones absurdas

Comparaciones absurdas

Vuelvo a pensar que nada de lo que tenemos alrededor es meramente original, puedo decir que casi todo es prefabricado en base a otro y que ese otro es formado por otro objeto y así sucesivamente. Todo comparte un mismo origen y a partir de él se forma el “todo”. Una tarde compartía una amena charla con un amigo sobre este tema, que me hizo reflexionar que si el origen de lo que conocemos es el resultado del Big Bang eso significa que todo tendrá un origen común y por lo tanto, todos hemos de compartir semejanzas, es decir, estamos relacionados y esto se refleja incluso en las ideas.

            Veo que sucede lo mismo en la literatura, los escritores se basan en el estilo de otro autor para crear el suyo. El literato que va encontrando su estilo va mezclando formas de escribir de varios autores. En busca de mi propio estilo de escritura, me doy cuenta que voy retomando algunas características de varios autores para dar origen al mío y prueba de ello han sido los dos cuentos que he presentado en este blog “El bastardo de la música” y “Cuauhtémoc en llantas”, analizándolos descubrí esa semejanza que a continuación describiré.

            El primer cuento, “El bastardo de la música” trata sobre un hombre que no tiene la facultad de dominar los instrumentos musicales y que por ello, no puede crear música, él tiene una adoración a este arte, en la frustración y mediocridad de no poder ingresar a los seminarios de música o contratar maestros que lo logren instruir, se da por vencido y toca su última pieza, la cual, embriagado por la desdicha, le escribe una carta a la música misma donde manifiesta que declina ante su intento de aprender a crearla y le confiesa que ha encontrado su lugar, aquello para lo que es bueno, dándole a entender que la ha sustituido a pesar de que la música ha ganado esta batalla.

 El relato se encuentra formado gran parte por simbolismos, primeramente por la alegoría de la música con los sueños, la mujer que describe al inicio del cuento como las tentaciones del mundo que nos separan de lo que realmente queremos y la madre junto con los maestros y academias que le negaron al protagonista continuar intentando hacer música son los obstáculos que se encuentra uno en el camino. Lo interesante es que a pesar de la necesidad del protagonista de seguir ambicionando hacer música y de su adoración a ésta, tiene que renunciar a ella y buscar algo donde pueda desenvolver todas sus virtudes, demostrando que hay ocasiones en que aferrarse a alguna situación o a algo no siempre es lo mejor, debido a que se puede perder el tiempo buscando aquello que no se logrará, no es que trate de ser pesimista sino que hay momentos en los que es conveniente aprender a discernir cuándo es momento de cambiar el camino aun así se trate de ir en contra de lo dicho por la sociedad, “sigue tus sueños y no te detengas”, hay situaciones donde se puede perder más de lo que se logra ganar.

Durante el curso pude observar a algunos escritores que despertaron mi atención, entre ellos se encuentra Inés Arredondo de quien leí el cuento “La sunamita”, esta ficción presenta como tema central la denuncia de una sociedad patriarcal con un tono nostálgico y melancólico cargado de ironía. Es un cuento escrito en primera persona, se trata de una analepsis donde una mujer relata su historia de cómo es obligada a casarse con su tío con quien compartió grandes recuerdos de su infancia, como última petición antes de morir, pero cuál es su sorpresa que el tío no fallece y en cambio, vive por una larga temporada obligada a satisfacer los caprichos de su tío al punto de tener relaciones sexuales con él y a perder toda su juventud y pureza, es abandonada por las personas que le aconsejaron casarse, inclusive por el sacerdote que le pidió que cediera por se lo último que quisiese el tío puesto que el matrimonio la obligaba a mantener dichas relaciones.

Es absurdo querer comparar mi cuento con algo que realmente merece un reconocimiento, con aquél que me sobrepasa de un modo considerable, sin embargo, me concentraré en las posibles semejanzas que he encontrado. Una de ellas es el tema social que se maneja en ambos relatos ya que, a pesar de no tratar con exactitud el mismo tema que es la denuncia de una sociedad patriarcal, si hago una denuncia, pero a la sociedad en general que nos vierte en la cabeza la idea de luchar por lo que queremos cuando en ocasiones debemos de buscar algo más, algo distinto. Los personajes de ambos cuentos se ven frustrados en las historias, aunque él mío al final obtiene un pequeño consuelo, sigue dejando de lado sus deseos, de igual modo, ambos son las víctimas de los relatos que por más que intenten salir de ese papel no lo logran.

Los escritos están presentados en primera persona, sin embargo, en tiempos diferentes. Además, el cuento de “La sunamita” presenta una serie de diálogos mientras que mi relato es más que nada un monólogo interno que el protagonista va teniendo. Por último, hay un poco de ironía por parte de mi cuento, es tenue, pero la presenta mientras que, como ya había mencionado anteriormente, el cuento de Inés Arredondo la lleva a flor de piel.

Ahora bien, en cuanto a mi otro cuento “Cuauhtémoc en llantas”, éste he logrado compararlo disparatadamente con el cuento de un gran maestro, Juan José Arreola, titulado “El rinoceronte” esto se debe por el tema tan irónico que presentan ambos cuentos. El relato de Juan José Arreola trata de una mujer que se divorcia de su marido quien la dominaba en todos los sentidos y que ahora él se ha vuelto a casar; el autor hace una alegoría entre el protagonista y los rinocerontes; ella ve como el “rinoceronte” ha comenzado a cambiar debido a su nueva esposa, cómo se ha comenzado a dejar domar al punto en el que el personaje principal se ve convertido en un mansito que ya no posee libertad y cómo está totalmente a disposición de su mujer, al grado en el que la exesposa se burla de él. El autor maneja un aspecto psicológico donde convierte a la víctima (exesposa) en verdugo puesto que se mofa de las desdicha de su exesposo. Por otro lado, la manera en la que José Arreola logra captar la visión femenina en esta situación es admirable puesto que logra concentrar las emociones de cada personaje.

En cuanto al cuento “Cuauhtémoc en llantas” este relato toma como personaje principal a Cuauhtémoc pero no precisamente al emperador (tlatoani) que se encontraba en la colonización del Imperio Mexica sino al monumento que se encuentra en Tijuana entre la Av. Cuauhtémoc y Paseo de los héroes, Zona Río. Este fue parte de una actividad donde traté de plasmar la visión de este objeto inanimado en cuanto a la realidad, recordando algunos aspectos del pasado mexica y retomando algunas palabras en náhuatl para darle más contexto al cuento. La historia trata de este personaje quien, desde su glorieta logra ver en lo que se ha convertido la sociedad, la forma tan veloz en la que tiene que vivir el ser humano del presente y cómo se han ido perdiendo los valores, el personaje culpa a los españoles colonizadores de estas situaciones. El protagonista critica todo lo de su entorno comparándolo con su pasado, sin embargo, el hecho de convivir tanto con la nueva era, lo hace llegar a un punto donde considera aliarse con el “enemigo” creyendo que si se llevase toda la tecnología actual al pasado pudiera entonces  ganar la batalla aunque esta alianza dura pocos minutos. El cuento tiende a  retorna de nuevo al inicio, tan sólo plantea la situación, pero no le da fin, sino que la historia la deja abierta.

La razón por la cual me atrevo a decir que tiene cierta semejanza con el cuento “El rinoceronte” es, de nuevo, el tema de la ironía que manejan ambos relatos aunque no exactamente en las mismas situaciones. Además, el cuento también se encuentra escrito en primera persona a manera de monólogo interior al igual que el de Juan José Arreola, a pesar que en el cuento de Arreola, el narrador se trata de uno testigo a diferencia del mío que es protagonista ambos logran describir las situaciones de su entorno y estimular al lector a tomar una postura frente a ellas, por otro lado, la visión de los narradores se encuentra limitada, primeramente, el personaje de Arreola sólo conoce lo que sucede a través de los ojos de sus amigos y lo poco que ella ha visto y por parte de mi protagonista, sólo puede observar y describir lo que pasa por su glorieta. Debo de confesar que cuando realicé este cuento acababa de leer la novela de Los cachorros del eminente Vargas Llosa,  me sirvió de inspiración para agregar las onomatopeyas aunque también debo ser sincera que  no salieron tan bien como las de su novela.

            Una vez más, me vuelto a sorprender de cómo es verdad lo que comentaba mi amigo, si bien, mi escritura se ha visto influenciada enormemente por la literatura de otros escritores, principalmente hispanos puesto que es donde vivo y los que he conocido a lo largo de este curso. Los aspectos que han impactado en mi narración son los temas a tratar, fuera del amor y la traición, la literatura Hispanoamérica me mostró una realidad de la cual se puedo sacar temas de actualidad, situaciones y hechos que sirven de sostén para una buena historia y que impactan en los lectores ya que hay más posibilidades que se sientan identificados, de lo cual puedo decir que, conforme me fui empapando de esta literatura me comenzó a llamar la atención la ironía, razón por la cual decidí utilizarla en mi último cuento. Además, dejó huella en mí el modo tan variado de escribirse un cuento, ya no es sólo todo de manera lineal sino que me abrió la posibilidad de escribir de distintas maneras y sobre todo, me dio conocimiento de qué es lo que escribo porque, posterior al curso, no me hubiera imaginado que mis cuentos los escribí a manera de monólogo interno, parece ridículo, pero vaya que hace la diferencia saber qué es lo que se escribe, qué tipo de género es y qué semejanzas tiene con otros escritores. Concluyo con mencionar que siendo la carrera de Lengua y Literatura de Hispanoamérica a la que me oriento, es preciso resaltar cómo poco a poco voy formando parte de esta literatura, cómo deseo ampliar mi conocimiento en cuanto a ella, aunque no me siento capaz de llegar a escribir como los autores visto en clase, sin embargo, no faltará el intento ya que una novela, cuento o poema nace primeramente de una idea, luego pasa por las hojas manchadas y rayadas del borrador para pasar posteriormente a la impresión.   

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